El desierto de Atacama es un lugar único, y hacer este vino extremo es un desafío complejo tanto por su geografía como clima hostil. Viña Ventisquero se aventuró con este proyecto TARA, proveniente de viñedos ubicados en Huasco, entre Loncomilla y Nicolasa, donde los suelos tienen una carga salina importante y cierto grado de humedad gracias a la camanchaca debido a su cercanía de 15-20 km al mar.
La mitad de este Pinot Noir tuvo crianza de 24 meses en futre sin tostar y la otra mitad en huevos de concreto.
De nariz profunda y compleja, con notas que recuerdan a guindas y berries silvestres y un paladar donde predomina la cereza, el champiñón y notas a tierra. Tiene una ligera y exótica salinidad al final de boca.